CREAR SISTEMAS ALIMENTARIOS QUE SATISFAGAN LAS NECESIDADES DE LOS NIÑOS

RECOMENDACIONES DE POLÍTICAS Y ESTUDIOS DE CASO

La comida y la nutrición adecuadas no solo conforman la base de la salud de los niños y del desarrollo de la sociedad en general, sino que además son un derecho humano básico de los niños.

Como comunidades, madres y padres, gobiernos, empresas alimentarias, comercializadores y ciudadanos del mundo, tenemos la responsabilidad compartida de dar prioridad a las necesidades de los niños en nuestros sistemas alimentarios.

Esto implica responder a las dificultades a las que nos enfrentamos en todo el mundo: desiertos alimentarios, el alto costo de los alimentos saludables, la presión del tiempo, la disponibilidad limitada de alimentos saludables, así como la presión que muchos niños, adolescentes y sus familias sienten por la comercialización y la publicidad.

Además, debemos lograr que los sistemas alimentarios colaboren con otros sistemas importantes para la vida de los niños (sistemas de salud, agua y saneamiento, educación y protección social) con el fin de lograr un cambio a gran escala y duradero.

Las siguientes son medidas que los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado deben tomar para convertir nuestro sistema actual en un sistema cuyo objetivo sea, sencillamente, nutrir y alimentar a los niños.

Empoderar a las familias, los niños y los jóvenes para que exijan alimentos nutritivos

Fomentar la demanda de alimentos nutritivos es un paso importante para aumentar el suministro, la disponibilidad y la asequibilidad. Sin embargo, para crear demanda hace falta un cambio cultural que garantice que la alimentación se convierta en una aspiración, que las mujeres tengan más poder de decisión en el hogar y que los niños y las familias tengan más información para tomar decisiones alimentarias saludables. Esto puede conseguirse a través de medidas como las siguientes:

  • Educación nutricional en el hogar, en las escuelas y mediante campañas de comunicación pública.
  • Estrategias de comunicación innovadoras y memorables que resulten atractivas tanto para los padres como para los hijos (por ejemplo, las redes sociales y la cultura pop).
  • Una legislación cuya eficacia ya haya quedado demostrada para reducir la demanda de alimentos poco saludables, como, por ejemplo, los impuestos sobre el azúcar.
  • Involucrar a los padres y a otros miembros de la familia para que apoyen las funciones de las mujeres, que ofrecen tanto sustento como cuidados.

ESTUDIO DE CASO

Los impuestos sobre el azúcar en México

En México, uno de cada tres niños de entre 5 y 11 años de edad tiene sobrepeso, una cifra que alcanza el 36% en los niños de entre 12 y 19 años. En 2014, como parte de un plan nacional para acabar con la obesidad, el gobierno mexicano aplicó un impuesto sobre las bebidas no alcohólicas con azúcares añadidos.

Asimismo, el gobierno introdujo programas y políticas complementarios, como una campaña de información en los medios de comunicación para promover hábitos saludables, una regulación de los alimentos y las bebidas poco saludables en las escuelas, restricciones en la comercialización dirigida a los niños y más acceso a agua potable.

Entre 2014 y 2018, el impuesto generó un total de 5.600 millones de dólares. El consumo de las bebidas gravadas disminuyó un 5,5% en 2014 y un 9,7% en 2015, mientras que el consumo de bebidas no gravadas aumentó un 2,1% en los dos años. Familias de todos los niveles socioeconómicos compraron menos bebidas gravadas: entre los más pobres se registraron reducciones del 11,7%, en comparación con un 7,6% entre la población en general. En encuestas de opinión posteriores, el 52% de los participantes informaron de que en 2014 habían consumido menos bebidas azucaradas, y aseguraron haber comprendido cómo pueden contribuir esas bebidas a la obesidad.

Ayudar a los proveedores de alimentos a dar prioridad a los niños

No basta con que los niños y las familias exijan alimentos saludables: esos alimentos deben estar disponibles y ser asequibles, seguros y convenientes. Los alimentos saludables deben producirse de forma que no perjudiquen el medioambiente ni generen residuos. Los productores y los proveedores de alimentos tienen un papel clave que desempeñar, y los gobiernos pueden establecer normas e incentivos para alentar las mejores prácticas.

  • Proporcionar incentivos económicos (por ejemplo, reducción de los alquileres y los aranceles) para aumentar la producción y la disponibilidad de frutas y verduras, especialmente en zonas de bajos ingresos.
  • Eliminar las subvenciones para los alimentos ricos en azúcar, cereales refinados y aceites procesados, y desincentivar la comercialización de comida basura, especialmente la dirigida a niños.
  • Invertir en la modernización del almacenamiento, el envasado, la elaboración y otras infraestructuras para reducir los residuos y la contaminación.
  • Aumentar la resistencia del suministro de alimentos en zonas afectadas por crisis o perturbaciones climáticas.
  • Reducir el impacto medioambiental de la producción de alimentos y alentar la biodiversidad en los sistemas alimentarios.

ESTUDIO DE CASO

Alimentos terapéuticos listos para el consumo producidos localmente en Camboya

En Camboya, uno de cada tres niños menores de cinco años presenta retraso en el crecimiento o insuficiencia ponderal, pero solo el 6% de los niños que padecen desnutrición aguda grave reciben tratamiento. Una forma de eficacia demostrada de ayudar a los niños en peligro de sufrir malnutrición son los alimentos terapéuticos listos para el consumo: una pasta rica en nutrientes que se puede comer directamente del paquete y que está elaborada con cacahuete y leche en polvo.

Para que los alimentos terapéuticos sean más atractivos para los niños de Camboya y menos costosos que los productos lácteos importados, el Departamento de Pesca del Gobierno de Camboya, el Institut de Recherche pour le Développement de Francia y UNICEF desarrollaron Nutrix, un barquillo relleno de micronutrientes, producido localmente y hecho con pescado, arroz y frijoles.

Dado que Nutrix está elaborado con ingredientes locales, a los niños les resulta más familiar ese sabor que el de otros alimentos terapéuticos más conocidos, elaborados con cacahuete. Además, el hecho de que no sea importado significa que su producción es un 20% menos costosa.

Establecer entornos alimentarios saludables

Los niños y las familias no deberían tener que enfrentarse a obstáculos a la hora de tomar decisiones saludables en materia de alimentación. De hecho, su entorno debería facilitarles la posibilidad de comer alimentos nutritivos. Los gobiernos locales y nacionales pueden seguir los siguientes pasos para alentar a las familias a comprar, cocinar y consumir alimentos más sanos: 

  • Promover las políticas que favorezcan la lactancia materna y las prácticas de alimentación complementaria, como el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, las licencias de maternidad y los espacios para la lactancia materna.
  • Exigir el etiquetado de los alimentos en la parte frontal del envase.
  • Reglamentar la comercialización de alimentos poco saludables dirigida a los niños.
  • Velar por que las comidas en las escuelas sean más sanas y limitar la venta de comida basura en las escuelas y en sus alrededores.

ESTUDIO DE CASO

El etiquetado en Chile

En los últimos años, el número de niños con sobrepeso ha aumentado rápidamente en Chile. En la actualidad, casi la mitad de todos los niños del país tienen sobrepeso. Con el objetivo de mejorar los entornos alimentarios de los niños, el gobierno ha puesto en marcha un programa integral para tratar de alentar a los niños, los jóvenes y los cuidadores a que tomen decisiones más sanas y apoyarles en esta tarea.

Una de las medidas del programa fue una nueva e innovadora ley de etiquetado de alimentos que aborda cinco esferas principales: las nuevas etiquetas de advertencia en la parte delantera del envase; las restricciones a la publicidad de alimentos, especialmente la dirigida a los niños menores de 14 años; la incorporación de mensajes que promuevan hábitos de vida saludables en la publicidad de alimentos; las restricciones a la venta de alimentos con exceso de sodio, azúcar y grasas saturadas en las escuelas; y la incorporación de actividades en todas las escuelas que contribuyan al desarrollo de hábitos de alimentación saludables y a un estilo de vida activo.

Las evaluaciones de la ley y su aplicación indican que el público, especialmente los niños, apoyan y comprenden fácilmente estos nuevos mensajes. La mayoría de los consumidores se toman en serio las etiquetas de advertencia de los productos alimenticios y prefieren comprar alimentos con menos etiquetas o sin ellas. Además, varias industrias han reformulado la composición de sus productos alimenticios para respetar los límites establecidos por el gobierno.

Trabajar con otros sistemas relacionados para mejorar la nutrición de los niños

El nivel de nutrición de un niño no solo depende de lo que come: también depende de si cuenta con agua y saneamiento adecuados, acceso a atención médica, educación y protección social. A fin de lograr resultados sostenibles y a gran escala para la nutrición de los niños, el sistema alimentario debe integrarse con esos otros sistemas para prestar servicios y ayuda para los niños que más lo necesitan.

  • Salud: invertir en los trabajadores de la salud, en educación nutricional prenatal y postnatal (incluida la lactancia materna) y en la supervisión de la falta de micronutrientes y la desnutrición grave.
  • Agua y saneamiento: construir letrinas cómodas y seguras y fuentes de agua, así como alentar prácticas de higiene, como el lavado de manos.
  • Educación: promover la educación nutricional en las escuelas y los entornos escolares, a fin de garantizar que los niños consuman alimentos saludables.
  • Protección social: proporcionar vales de alimentos, transferencias de efectivo, comidas escolares y suministros alimentarios para emergencias que protejan a las familias más vulnerables.

ESTUDIO DE CASO

La integración de las intervenciones en materia de agua, saneamiento y nutrición en Pakistán

Al provocar enfermedades como la diarrea y la disentería, que impiden a los niños absorber los nutrientes, la escasez de agua y de saneamiento son factores importantes de la malnutrición. Por lo tanto, las mejoras en el sistema de agua, saneamiento e higiene (WASH) pueden desempeñar un papel fundamental en la prevención del retraso en el crecimiento y otras formas de malnutrición.

En Pakistán, más de una tercera parte de los niños menores de cinco años padecen retraso en el crecimiento, y el acceso a servicios básicos de saneamiento sigue siendo un importante motivo de preocupación a nivel nacional.

Para abordar los dos problemas, la oficina de UNICEF en Pakistán y sus aliados presentaron un conjunto integrado de intervenciones en materia de WASH que se centraron en los cruciales primeros 1.000 días de vida de un niño. Las actividades de WASH se centraron en reducir la infección y controlar la enteropatía ambiental, una inflamación crónica del intestino. Las intervenciones incluyeron el mantenimiento del suministro de agua potable, el fomento de enfoques basados en la comunidad para eliminar la defecación al aire libre, la mejora del comportamiento higiénico y el desarrollo de la capacidad de los proveedores de servicios.

Si bien siguen existiendo problemas, se han registrado progresos significativos. Se ha movilizado a los trabajadores comunitarios de la salud y se han formado clubes WASH en las escuelas con el fin de empoderar a los niños para que promuevan prácticas positivas, como el lavado de manos con jabón. En total, se calcula que unos 922.000 niños menores de 5 años y mujeres han recibido servicios de nutrición, incluida la administración de suplementos de micronutrientes.

Recopilar datos de buena calidad y hacer un seguimiento de los progresos

Se necesitan datos precisos y de buena calidad para comprender el problema de la malnutrición infantil y adoptar medidas basadas en datos empíricos. Sin embargo, hay una notable escasez de datos relativos a los sistemas alimentarios y la alimentación de los niños. Las siguientes medidas ayudarán a mejorar los sistemas, la recopilación y la transparencia de los datos:

  • Establecer objetivos mundiales y nacionales para medir el progreso en materia de alimentación de niños de corta edad y hacer un seguimiento de los patrones de alimentación saludable y no saludable.
  • Mejorar la recopilación de datos sobre la dieta y la nutrición de los niños en edad escolar y los adolescentes para comprender dónde (en qué sociedad y en qué lugar) comen mal los niños y por qué. 
  • Apoyar el desarrollo de nuevas herramientas y la innovación para estudiar los sistemas alimentarios.
  • Integrar datos acerca de los servicios de nutrición que se prestan a través de sistemas relacionados (salud, WASH, educación y protección social).

ESTUDIO DE CASO

Encuestas de nutrición en la India

La Encuesta Nacional de Nutrición Integral de la India, que se llevó a cabo entre 2016 y 2018 en todos los estados, fue el esfuerzo más grande que jamás se haya realizado en todo el país sobre el estado nutricional de los niños en edad preescolar, los niños en edad escolar y los adolescentes. Por primera vez, se evaluaron en una sola encuesta el alcance y la gravedad de las carencias de micronutrientes, la información sobre la distribución de la grasa y los factores de riesgo nutricional para las enfermedades no transmisibles, así como los vínculos entre el estado nutricional de los niños y su desarrollo cognitivo. 

Los resultados ofrecen una imagen más matizada de la nutrición en la India: cabe destacar las variaciones estacionales en la carencia de vitamina A, una gran disparidad en la prevalencia de la anemia entre niñas y niños y pruebas de que el sobrepeso y la obesidad, así como la amenaza de la diabetes, están aumentando entre los niños en edad escolar.

El gobierno ha utilizado estas conclusiones para conformar sus ambiciosos programas de nutrición infantil. Además, los resultados de la encuesta también proporcionan la base para posibles nuevas recomendaciones de políticas, como el aumento de la diversificación de la dieta y el enriquecimiento de los alimentos para hacer frente a la carencia de vitamina A, la lucha contra la triple carga de la malnutrición y la puesta en marcha de programas en los primeros años para inculcar hábitos alimentarios saludables a lo largo de toda la vida.

La naturaleza cambiante de la malnutrición